En la actualidad, el avance en técnicas de reproducción asistida, el aumento de la edad de las madres entre otros factores, hacen que la pérdida y el duelo perinatal sean una realidad habitual. La mujer ha aprendido durante siglos a no hablar de aspectos como la menstruación, la sexualidad, el embarazo o la menopausia más que en círculos privados y con otras mujeres. Esto ha ocurrido con la pérdida en el embarazo, que conjuga los tabúes de la sociedad actual sobre la muerte, el sexo y la reproducción (Pía López A., 2011).

¿A qué llamamos pérdida perinatal y cuándo se da?

Para la OMS el periodo perinatal se extiende desde las 22 semanas de gestación, hasta una semana de vida. En la literatura sobre el tema, se amplía, desde la concepción hasta el final del primer año de vida. Se consideran pérdidas perinatales al embarazo ectópico, al aborto espontáneo o inducido, a la muerte de un gemelo en gestación, al feto muerto intraútero o intraparto, a la muerte del prematuro, a la del neonato, y también a los bebés nacidos con anomalías congénitas o a los hijos cedidos en adopción.

En España, son 2.000 bebés los que mueren cada año pasadas las 24 semanas de embarazo o durante el primer mes de vida, según Umamanita, la asociación más potente de España de apoyo a la muerte perinatal y neonatal. A estos bebés hay que sumar las pérdidas por abortos involuntarios, que en dos de cada tres casos suceden durante el primer trimestre.

¿Cómo es el duelo perinatal?

Las pérdidas perinatales no están acompañadas de ritos que ayuden a dar orden y sentido a los eventos vividos, que faciliten la despedida. Este hecho dificulta y prolonga el daño de la pérdida.

En cuanto al duelo, hay que tener en cuenta que varía mucho entre personas,  no existiendo un patrón normal al que poder atenerse. No siempre se dan las mismas emociones, ni tampoco tienen un orden establecido. Estas son las etapas más “habituales” según Umamanita:

SHOCK: Al recibir la noticia de que el bebé ha muerto o que va morir la madre puede entrar en un estado de shock. Lo que está escuchando parece mentira y pasa de la negación a buscar razones lógicas de por qué está pasando esto.

RABIA: Quizás sienta que está enfadada con el médico que la ha atendido o que le ha dado la mala noticia. Enfadada con ella misma o con su pareja. Enfadada con el bebé. Es un sentimiento normal y que puede experimentar.

CULPABILIDAD: Es normal sentir culpa y preguntarse una y otra vez si se hubiera podido evitar.

TRISTEZA: Acompañando la sensación de vacío está la tristeza. Es normal llorar la muerte del bebé.

 

¿QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER ANTE UN DUELO PERINATAL?

Tanto como si tú o alguien de tu entorno ha sufrido una pérdida de este tipo, te ofrecemos algunos tips de cómo enfrentarlo y que no hacer en estas situaciones.

                                  LO QUE NO DEBEMOS HACER:

  • Juzgar el dolor de la otra persona. Son normales comentarios como: “bueno al menos aun no lo conocías” “mejor ahora que no más adelante”… etc. Buscan consolar pero el efecto que producen es el contrario. Lanzan el mensaje de que la madre debe recuperarse lo antes posible y no sentir dolor.
  • A veces la pérdida se da antes del nacimiento de un primer hijo. No considerar una madre a estas mujeres es un grave error, que se tiende a cometer. No reconocer que han perdido un hijo conlleva que se sientan solas y aisladas.
  •   Evitar hablar del tema para ahorrar sufrimiento. La expresión emocional supone un desahogo. Hacer como si nada hubiera pasado e ignorar la pérdida no es una buena estrategia. Dar espacio para que la madre o la familia se expresen en la medida que lo necesite es la opción correcta.

                               CÓMO AYUDAR EN UN DUELO PERINATAL:

  • Apoyar a las madres y padres en su duelo consiste en respetar su dolor y sus tiempos. Intentar facilitar su día a día. El respaldo de familia y amigos es fundamental.
  • Hay que tener en cuenta que la madre puede estar sufriendo los efectos propios de un parto, una cesárea u otro tipo de intervención. Ayudar con las tareas domésticas, la compra o el cuidado de otros hijos puede aliviar la carga que sufre en ese momento.
  • Desde el punto de vista sanitario es vital el cuidado físico y buena alimentación.
  • No obviar el dolor del padre, él también ha sufrido una pérdida y aunque los duelos son diferentes, es necesario tenerlo tan presente como a la madre.
  • Acudir a espacios donde hay más familias pasando por lo mismo: terapias de grupo o simples coloquios o quedadas.

 

Si necesitas más información sobre el tema o estás pasando por un duelo en este momento, recuerda que en Centro Psicológico Intelecto te podemos ayudar.

Puedes consultar información a su vez en:  https://www.umamanita.es/formacion-en-la-atencion-al-duelo-perinatal/

Isabel Roldán Lorente, psicóloga.