Son muchos los momentos en los que nos planteamos tener nuevos objetivos y metas. Al comienzo de un año, después del verano, al acabar el curso, etc. La cuestión es que una vez más comenzamos a planificar nuevas actividades o retos que queremos alcanzar y que en épocas anteriores parece que no han sido posibles. Pero quizás, la cuestión a definir sea: ¿Cuántos de los objetivos que nos planteamos en la vida se llevarán realmente a cabo?

Dicho esto, me gustaría aclarar qué entendemos por objetivo. Este podría ser definido no como algo que pretendes alcanzar, sino más bien, algo a lo que realmente le dedicas tiempo práctico. Así, las metas propuestas, se convierten en reales y tangibles cuando uno se pone a andar y experimentar y por tanto a «hacer». El proceso para conseguirlos está guiado siempre por la acción. Y para ello hay que plantearse siempre metas cortas y alcanzables y dividir el objetivo final en pequeñísimos pasos que nos ayuden a manejar mejor las frustraciones por no haber alcanzado lo que teníamos en mente.

Para motivarnos, hay que reflexionar acerca de lo que es realmente importante para nosotros, lo cual no se hace muy a menudo y de manera profunda. Qué tipo de persona quieres ser, qué consideras significativo y qué es aquello por lo que quieres luchar, son preguntas cuyas respuestas nos aportan una dirección y te motivan para hacer cambios importantes. El psicólogo William James decía «El pájaro no canta porque está alegre, sino que está alegre porque canta». El mensaje de esta frase en relación con lo que estamos proponiendo sería algo así como «no esperes a tener ganas y motivación, actúa como si ya las tuvieras». Así, se establecería un compromiso contigo mismo para conseguir dirigir tu vida a donde tú quieras, más a que a donde te dicte tu estado de ánimo. Y la última cuestión sería plantearte cuánto estás dispuesto a hacer por alcanzar tus metas. Si te compras un libro sobre mecánica y te lo estudias, podrás planificar, por ejemplo, cómo realizar un cambio de piezas en un coche, cambiar aceite, filtros, etc. Pero para aprender de verdad y tener esas habilidades, tendrás que abrir el coche y experimentarlo, quitar y poner piezas, comprobar su funcionamiento, etc. De la misma manera, es posible que el contenido de este pequeño texto te haya dado alguna idea sobre cómo alcanzar tus próximos objetivos, así que la siguiente pregunta que debes lanzarte es: ¿Actuamos?