El lunes tuve que salir a la calle pronto. Ya había amanecido y justo cuando di la vuelta a la esquina, me encontré con una obra maestra en el cielo: un arcoíris doble, totalmente nítido. Tuve que pararme de golpe para admirar la inesperada belleza. Saqué mi modesto móvil e intenté hacerle alguna foto que tuviera un mínimo de calidad porque necesitaba inmortalizar ese momento. Un barrendero se paró cerca de mí y comentamos la maravilla de un día que amenazaba con ponerse tan lluvioso como el del fin de semana y a mí me salió del alma decirle: “Este es el augurio de una semana que va a ser estupenda”. El hombre se rio y ambos nos despedimos. Yo me fui energética, porque realmente me sentí afortunada de ese instante y totalmente convencida de cómo afrontar mi incipiente semana

Sentir optimismo en una situación tan grave como la que vive el mundo, puede parecer a algunos una actitud ilusa, ingenua o incluso insurrecta. A diario nos minan con infinidad de datos, imágenes y advertencias, con lo que el panorama general es bastante negativo y tiene atisbos de durar mucho.

Pero, tener una perspectiva optimista no es faltar a la realidad, sino enfocarla de tal forma que se pueda sobrevivir anímicamente lo más exitosamente posible. Es dejar que la mente se invada de posibilidades, como me pasó esa mañana.

Imaginemos a una persona con un optimismo ingenuo o irreal y que piense que está inmune a contagiarse quizá porque nadie de su entorno lo ha hecho o porque su optimismo per se, sin hacer nada más, le va a proteger. Por supuesto, no me refiero a esto. Esta persona tendrá un problema serio.

El optimismo disposicional es el que más ha interesado a los investigadores de la psicología. Este se refiere a la expectativa generalizada y relativamente estable a lo largo del tiempo. Sus efectos sobre el  bienestar y salud en general están demostrados empíricamente (San Juan y Magallanes, 2006)[1]. ¿Qué supone? Que ante la adversidad se tendrá una mirada esperanzada, tal y como refleja con claridad Rojas Marcos (2020)[2]

Aquí os pongo algunas ideas que pueden hacer que vivamos desde una perspectiva más optimista, incluso hoy:

  • Cuánta agua gastamos en la ducha? | ClickGasoilConcéntrate en el Presente. En el instante más puro y pequeño, porque en lo pequeño está la clave. Fíjate en la naturaleza, la que puedas (esos pájaros, esa luna, la lluvia al caer, cómo huele la tierra, etc.) Saborea lo que comes y cuando hagas algo tan sencillo como ducharte o bañarte (algo que haces a diario) concéntrate en el caer de las gotas y así, con todo. Haberme parado para admirar el arcoíris no me elimina nada de lo que tenga que afrontar, pero os puedo asegurar que me ha hecho sonreír y enlazar recuerdos de otras ocasiones. Le he mandado mi foto a mis íntimos y les he puesto un mensaje para desearles un feliz lunes.

Es una actitud reconstituyente reparar en lo agradable y positivo, así como hacer de lo pequeño un momento especial.

Mira con ojos del niño/a que fuiste y que está en tu interior, esperando a que le despiertes.

Practica Mindfulness o meditación, si puede ser, a diario. Notarás sus efectos. No lo dudes y te ayudará a centrarte en este presente.

  • Tararea y canta. Los efectos de la música están demostrados desde hace mucho tiempo. Puede generar un cambio de la emoción, aportando energía y relajación. Elige música que te potencie la positividad. Hoy en día es totalmente accesible con los canales de las redes. No lo dudes y pruébalo. Deja que tu cerebro simpatice con las ondas que van a generar beneficios para tu ánimo y salud. ¿Sabías que hay músicas que se estudian en las universidades? Aquí tienes un ejemplo.
  • Tener una visión esperanzadora de la vida es imprescindible Hay que ver las posibilidades. El realismo nos llevaría a ser conscientes de cómo cuidarnos: llevar la mascarilla, guardar la distancia de seguridad, tener una buena higiene, evitar sitios masificados, tener resistencia a la frustración por no poder salir como nos gustaría, por ejemplo…, pero además pensar en pasarlo bien haciendo lo que se pueda, aprovechar el tiempo para otras cosas que quizá en otros momentos no se harían. Saber y repetirnos que esto va a pasar y que cuanto más fuerte estemos de mente, además de cuidar el físico, más posibilidades tenemos de salir victoriosos. 

Se entiende perfectamente que si hay afectación de la salud y/o laboral, podéis pensar ¿pero cómo voy a tener una visión esperanzadora y por tanto, optimista de la vida? ¡Qué fácil es hablar! No no es fácil, en absoluto. Trabajamos a diario con personas que sufren, pero sí os puedo decir, que plantear los problemas desde esta perspectiva tiene más efecto para superar grandes dificultades, que ser pesimista. No lo digo yo, lo dice la evidencia científica. Y se demuestra por ejemplo, en lo que os pongo en el siguiente punto.

  • Reír: ¿no habéis visto la famosa película de Pacht Adams?

Yo también soy Patch Adams • EcofinUna imagen vale más que mil palabras, ¿verdad? Hay que reír en tiempos de pandemia y cuando no lo sea. Los efectos de la risa están totalmente demostrados desde hace muchos años por diferentes disciplinas. Nadie duda de cómo a los niños con cáncer se les tiene que alentar a través de la risa, pero esto es generalizable a todas las edades y situaciones.

 

 

 

  • Ser consciente de nuestra personalidad es imprescindible. Esto tampoco  es fácil, pero es necesario para prevenir. Quienes poseemos un optimismo disposicional más elevado, tenemos un aliado fabuloso para afrontar la vida; pero quienes no lo tengan así, deben buscar la forma de conseguir subir su nivel. Es necesario Reinventarse a favor de la salud.
    • Nuestro cerebro es una máquina increíble. Como nuestra personalidad es relativamente estable, nos da siempre la oportunidad de cambiar aspectos que van a influir en nosotros. Si nos focalizamos en algunos de los que aquí pongo y se es constante en cultivarlos, sin lugar a dudas podremos aprender a ser más optimistas.
    • Para algunas personas puede que esto no sea fácil, Ahora, plantéate ¿Cómo quieres vivir? Si la respuesta es lo mejor posible, entonces este post te puede ayudar a enfocarte. Estas ideas pueden ser el punto de partida de una nueva perspectiva para ti.

Hazle un regalo a tu cuerpo: enfoca la vida con un sano optimismo. ¡Pruébalo!

[1] San Juan, P. y Magallanes, A. (2006). Estudio del efecto del optimismo disposicional en el bienestar físico y psicológico desde una perspectiva longitudinal. Acción Psicológica, 4, (1) pp. 47-55

[2] Rojas Marcos, L. (2020). Optimismo y salud: lo que la ciencia sabe de los beneficios del pensamiento positivo. Grijalbo: Barcelona.

Dra. Mª Pilar Berzosa Grande