En los últimos años, hemos sido azotados por una pandemia a nivel mundial que llegó sin avisar y la incertidumbre pasó a formar parte de nuestra cotidianidad. Y mientras lidiábamos con ello, nuestra vida continuaba con los acontecimientos de mayor o menor gravedad, que a cada uno de nosotros nos ha tocado vivir durante estos dos años que llevamos desde que comenzara. A su vez, en este tiempo también un volcán entró en erupción en La Palma, siendo de los más graves de su historia y dejando unas consecuencias irreversibles para la isla. No conforme con ello, ha estallado la guerra en Ucrania en el último mes, con consecuencias terribles; se suma por último, una huelga de transportes, que ya está obligando a cerrar incluso algunos supermercados. Por tanto, la incertidumbre sigue estando muy presente en nuestras vidas desde aquel día de marzo de 2020 cuando nos encerraron en casa por primera vez.

Y la pregunta que a todos nos gustaría responder es ¿Cómo podemos estar bien en un mundo que está tan mal? El mundo puede llegar a ser un lugar horrible, con pérdidas personales y desastres mundiales que no elegimos vivir y sobre los que no tenemos ningún control. Ante este tipo de acontecimientos es muy normal sentirse triste y vulnerable por todo lo que sucede a nuestro alrededor. Además, el exceso de información en redes sociales y medios de comunicación afectan al incremento de esos sentimientos negativos. No podemos negar la existencia de esas emociones, pero tampoco podemos mantenernos positivos siempre y simplemente ignorar los problemas.

Por tanto, ¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, ejerce el autocuidado, céntrate en ti y concédete tus momentos con aquello que realmente te haga sentir bienestar, enfocándote en lo que sí puedes controlar de tu entorno, como las cosas que te gustan, tus habilidades y conocimientos, personas con las que te rodeas, etc. Cuando nosotros estamos bien, es cuando mejor podemos cuidar a los demás y si sientes que necesitas hacerlo, comienza haciéndolo cerca de ti, con pequeños gestos que también son importantes, como ayudar en una donación, difundir información, etc., pero siempre manteniendo el foco en que tu estabilidad también ayuda a la estabilidad de lo que te rodea.

En segundo lugar, limita el tiempo que pasas consumiendo información. Ya sabemos que cuando ocurren acontecimientos históricos y negativos suelen estar muy presentes en los medios, ya sean redes sociales o noticias y aunque nos guste estar informados, hacerlo sin límites afecta sobremanera al estado de ánimo, a veces sin ni si quiera ser conscientes de ello.

En tercer lugar, haz espacio también para aquellas cosas que son de agradecer. Agradece lo hermoso que tienes, porque no sería justo decir que el mundo es un lugar horrible cuando a nuestro alrededor también hay mucha belleza en lugares, situaciones y personas cada día. Haz ese espacio para la gratitud y dedica unos minutos de tu día a ser consciente de ello.

Y por último, reconoce si esas emociones negativas están más presentes de lo habitual, si consideras que comienzas a obsesionarte por esa información que te rodea.

Si sientes que estás atrapado por ellas, quizás es momento de pedir ayuda profesional. En nuestro Centro, estamos para lo que necesites.

Rocío Sánchez López. Psicóloga Sanitaria. COL.:AN-6531