Hoy en día es muy fácil caer en excesos, sobre todo en estas fechas. Las comidas de empresa, las celebraciones con amigos y con la familia son encuentros frecuentes a los que nos exponemos, en los cuales comemos y bebemos sin conocimiento. Cabe señalar que debido a la cultura en la que nos encontramos, es probable entrar en esta dinámica. También son momentos en los que el anhelo hace mella en muchas personas, debido a los duelos personales, en especial, así como a cambios que se hayan podido producir a lo largo del año, que provocan un estado de ánimo más bajo y un aumento de la soledad.
Por ello vamos a detallar algunas recomendaciones:
- Seguir llevando a cabo las rutinas y no abandonar los hábitos que hemos afianzado durante todo el año.
- Comer y beber de manera controlada. No se trata de privarse de ciertas cosas, simplemente consumir alimentos y, especialmente, consumir alcohol de manera controlada. Tener presente que es recomendable consumir alcohol con el estómago lleno, aunque consumir bebidas no alcohólicas siempre será la mejor opción. No te dejes llevar por los comentarios de los demás si decides no beber alcohol, explica tu postura de la mejor forma posible e intenta mantenerte firme en tu decisión.
- Comprar con cabeza. Sería interesante fijarse un presupuesto, comparar precios y comprar de manera progresiva para evitar gastar más dinero de la cuenta.
- Dedicar tiempo a uno mismo y a la familia. Muchas veces se nos olvida que este tiempo es ideal para pasarlo en familia, ver a los parientes que vuelven a casa por Navidad, pasar tiempo con aquellos a los que no podemos ver tanto en el día a día. Es tiempo de reflexión, podemos aprovechar para pararnos a pensar qué cosas hemos conseguido realizar este año y qué cosas nos quedan aún, hacia dónde queremos enfocar nuestra vida y qué vamos a hacer para conseguirlo.
- Ponte el reto personal de vivir en el presente, ser fiel a tus ideales y ética. Piensa en los demás. ¿Qué tal si haces un gesto para ayudar a los más desfavorecidos? Basta con que hagas unas felicitaciones de navidad de alguna ONG, alguna ayuda a un banco de alimentos, donar algo de ropa para personas en exclusión social, etc.
Está demostrado que cuando se tiene una postura más eudaimónica, hay un aumento de la felicidad. Esto significa estar pendiente de nuestro interior y hacer actos desde dentro para vivir con más calma y alegría y no estar tan sujeto, por tanto a lo que desde afuera se nos pueda aportar. Ser conscientes del motivo real de la Navidad, que es pasar tiempo de calidad con nuestros seres queridos y con nosotros mismos, puede acercarte más a ese estado de bienestar emocional.
¡Pruébalo! No tienes nada que perder y no dudes en contactar con nuestro Centro en estas Navidades si necesitas algo. Estaremos para ti.
¡FELICES FIESTAS!
María Rubiales. Psicóloga
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