Si tienes un peque en casa esto del El Elfo mágico te sonará. Elf, como es llamado normalmente, es un pequeño ayudante de Papá Noel enviado desde el Polo Norte para vigilar el comportamiento de los niños. Cada noche este personaje, viajará por arte de magia para realizar su misión y aparecerá a la mañana siguiente en otro lugar de la casa. Los más pequeños solo deben cumplir dos normas: portarse bien y no tocar a Elf.
¿De dónde viene la tradición?
Carol Aebersold y su hija Chanda Bell en 2005 publican su cuento infantil The Elf on the Shelf: A Christmas Tradition. Este cuento no solo es una historia, sino que viene acompañado de un elfo de peluche y anima a las familias a crear un relato interactivo en el que el personaje cobre vida. El libro se vuelve muy popular y las redes sociales y el marketing hacen el resto.
Las familias lo perciben como una oportunidad de crear una tradición personalizada. Empiezan a publicar en las redes las travesuras de los elfos, cada vez más elaboradas y originales. Los elfos comienzan a sofisticarse, adoptando diferentes razas, formas y géneros, llegando a todos los públicos, se establece así una nueva tradición.
¿Qué ventajas e inconvenientes trae Elf?
En primer lugar vamos a hablar de los aspectos positivos, este tipo de costumbre cultiva la ilusión e imaginación en los niños. Es una buena oportunidad para crear recuerdos familiares divertidos y entrañables. Por otra parte, al ser una tradición sin raíz en la religión o en la cultura popular, nos permite adaptarla a nuestro estilo de crianza y valores, retando a nuestro ingenio para exprimirla al máximo.
Sin embargo, no podemos perder de vista que detrás de Elf hay un interés comercial. Al principio nuestro elfo solo cambiaba de ubicación y los más pequeños lo buscaban por la casa con ilusión. En los últimos años, las bromas han ido creciendo y volviéndose tan sofisticadas, que ya encontramos muchos lugares donde nos venden los kits de travesuras. En este último año encontramos que Elf también premia a los peques con regalos y dulces.
Por otra parte, los padres pueden percibirlo como una carga, a todas las tradiciones de estas fechas ven añadida la necesidad de que diariamente el elfo haga una trastada, sintiendo que fallan si no es lo suficientemente buena. “Esto es lo que me faltaba” me comentaba una mamá en sesión angustiada, mientras explicaba que su hija le había preguntado que cuando llegaría su elfo. “Con lo que soy yo, seguro que no le gustan las bromas, o lo peor, me pilla moviendo el muñeco”
Por otra parte hay que tener en cuenta que la figura de un vigilante mirando qué haces y cómo te portas dispuesto a contarle a Papá Noel hasta el último detalle para que decida si estas en la lista de los niños buenos o malos, a algunos niños les genera miedo o ansiedad.
Nuestras recomendaciones:
En definitiva esta nueva tradición, como todo, tiene sus defensores y detractores. Aunque Elf es amado por muchas familias, también es criticado. Así que si te decides a sumarte y el elfo esta ya haciendo trastadas por casa, te recomendamos lo siguiente:
- Crea una tradición acorde a vuestros valores, estilos de crianza y costumbres. Dale la explicación con la que te sientas cómodo. Elf puede venir a acompañaros durante la navidad, a traer espíritu navideño, a jugar… o a lo que se os ocurra. No tenemos por qué centrar su visita en la vigilancia, castigo o premio ni sobre el comportamiento de nuestros niños.
- Las travesuras no deben suponer un gran esfuerzo. Podéis planear alguna más especial pero que el resto sean pequeños actos divertidos con cosas que ya están en casa (Elf viendo la tele, en el baño, dentro de los zapatos), incluso simplemente un juego del escondite en el que el reto sea encontrarlo sin más. Si no disfrutáis, no es vuestra tradición.
- Lo divertido de Elf deben ser sus acciones o peticiones (retos como hacer galletas o realizar una buena acción) En ningún caso el centro debe ponerse en los regalos, las chucherías o lo material.
- No usemos a nuestro elfo como un método para amenazar o corregir (si no haces la cama Elf se lo dirá a papá Noel y no te traerá regalos) Es una buena oportunidad para hablar de valores y usar otros métodos.
Por último, si tus costumbres o creencias no encajan con la visita del elfo, no es necesario integrar esta tradición a la navidad. Hay muchas actividades, (manualidades, montar el belén, decorar piñas, etc) que nos pueden servir para generar recuerdos y momentos en familia que es de lo que se trata. Nuestros hijos necesitan, tiempo, amor y momentos que recordar, todo lo demás es mero atrezo.
Esperamos que estos consejos os sirvan.
¡Felices fiestas!
Isabel M Roldán Lorente
Psicóloga Sanitaria AN 1229
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