El sueño infantil en ocasiones se convierte en una pesadilla para los padres. En general tenemos poca información sobre el tema y nos surgen muchas dudas de qué es lo mejor para nuestros hijos y cómo actuar. En consulta nos encontramos de manera recurrente como numerosas dudas, hoy os resolvemos las preguntas más repetidas. ¡Esperamos que os sirvan!

¿Cómo debe ser la habitación de mi hijo?

La habitación debe ser tranquila, con temperatura adecuada (18-21ºC), sin ruidos fuertes ni estímulos visuales intensos. Debe asociarse exclusivamente al descanso. Evitemos usarla como castigo o zona de juegos agitados. Una cama cómoda, un peluche o una luz tenue ayudan mucho.

¿Le prohíbo volver a dormir con nosotros?

Un apego seguro favorece un sueño reparador. Durante el día, la conexión emocional y los momentos compartidos ayudan al niño a sentirse seguro por la noche. Nunca debemos realizar prohibiciones ni negar el acompañamiento, evitando frases como “ya eres para dormir con papa y mama”, “no puedes llamarnos durante la noche” “los niños grandes duermen solos”. Es más positivo realizar los cambios de manera gradual y usar afirmaciones como “mama y papa siempre van a estar contigo, aunque no durmamos juntos”, “si lo necesitas nos quedaremos en tu cuarto”, “puedes volver a nuestra cama un rato si lo necesitas”. Que el niño se sienta seguro y en calma, es clave para su autonomía.

¿Qué hago si al final del día está como una “moto”?

El estrés diario (ruido, prisas, discusiones, pantallas) mantiene el cuerpo en alerta, elevando el cortisol. Esto interfiere en la conciliación del sueño. Una rutina más tranquila incidirá en que lleguemos al final del día en calma. El exceso de cansancio no es una buena estrategia para el descanso. Otro punto a tener en cuenta es que las últimas horas del día, no son el momento ni para corregir ni castigar, si vamos a hacer un repaso que sea en positivo. Es clave un final del día tranquilo: cena ligera, baño, cuento o charla relajante.

¿Puedo usar las gotitas de melatonina para mejorar el sueño?

La melatonina favorece el descanso, es la señal que emite nuestro cerebro para indicarle al cuerpo que tiene que empezar a desactivarse. Usar únicamente la melatonina no es válido, tenemos que acompañarla de un programa de higiene que permita al niño prepararse de manera general para ir a dormir. La melatonina no solo incide en el sueño sino en otros procesos biológicos, si decidimos usarla es conveniente que sea bajo la recomendación de un profesional y siempre durante un periodo breve de tiempo.

¿Es normal que tenga miedo?

Los miedos nocturnos son normales, especialmente entre los 2 y 6 años. Validarlos, no ridiculizarlos y ofrecer recursos (luz tenue, peluche, palabras de seguridad) puede ser muy útil. Acompañar sin sobreproteger. Cuando estos miedos se prolongan en el tiempo o inciden en el descanso a través de pesadillas y despertares, es oportuno evaluar la situación y crear un programa más específico de intervención.

¿Colecho sí o no? ¿Hasta qué edad?

Es una opción válida si se hace de forma segura y encaja con la necesidad de la familia. Debe evitarse en ciertas situaciones (padres fumadores, consumo de alcohol, somnolencia extrema). Con recién nacidos la OMS recomienda no realizarlo, usando una cuna que se agregue a la cama y asegurando el propio espacio para el bebé.

Una vez hemos decidido realizar colecho, podemos mantenerlo siempre que la familia esté cómoda con la situación (ninguno de los padres sea desplazado a otro lugar a dormir, todos descansen bien…) Es importante aclarar que dormir solo implica la adquisición de un hito para el niño y para lograrlo se desarrollan habilidades como: la autonomía, autorregulación y el propio control del sueño (aprender a dormirse), estos logros inciden en su autoestima y no están reñidos con mantener un vínculo seguro con los padres. A los 6 años, estos logros son de especial relevancia por lo que es muy positivo para el niño haberlo alcanzado antes de esta edad.

 

Todas estas preguntas se repiten de manera frecuente en consulta, pero sin duda hay tres ganadoras ¿Esto es normal? ¿me tengo que preocupar? ¿Dormirá en algún momento? Lo más probable es que todo lo que sucede esté dentro de la normalidad. Podemos observar, si nuestro hijo tarda más de 15 minutos en conciliar el sueño, se dan pesadillas muy intensas y muy frecuentes, hay despertares o situaciones que no podemos gestionar e interfieren con el descanso de la familia, es momento de consultar con un especialista. Desde Centro Intelecto podemos ayudaros.

 

Isabel M Roldán Lorente

Psicóloga Sanitaria AN 12129


 

Pin, G. (2023). El sueño es vida: El sueño como nunca te lo han explicado. Editorial Planeta.