¿Has oído hablar alguna vez de la teoría de las piezas sueltas? Yo la he descubierto recientemente en mi afán por investigar sobre el origen de las diferentes pedagogías activas cuyas aplicaciones son mostradas masivamente en las redes por los influencers de la crianza moderna
La teoría de las piezas sueltas plantea que para ser creativos los niños deben tener un entorno con muchas variables y elementos con los que poder interactuar. Es decir, piezas que por sí solas no tienen una función concreta pero que, combinando unas con otras, cobran un sentido.
La creatividad infantil está siendo anulada por los juegos tecnológicos y por los juguetes excesivamente estructurados con unas reglas predeterminadas de juego.
El juego con piezas sueltas es la antítesis de este tipo de juegos, nos enseña a crear con cualquier elemento que tengamos a mano. Al no estar estructurado, guiado, ni tener reglas fijas es un juego abierto que deja espacio a la creatividad.
Esta teoría no es nueva, ni mucho menos, tiene unos cincuenta años y su autor no es psicólogo, maestro o pedagogo como se podría esperar. Simon Nicholson, el responsable de la teoría de loose parts o de las piezas sueltas es escultor, arqueólogo y antropólogo y publicó su teoría en una revista de arquitectura en un artículo titulado “Como no engañar a los niños”.
En el artículo, Nicholson desarrolla su teoría y los pilares sobre los que se sustenta son, principalmente, los siguientes:
- “No hay evidencia, excepto en casos especiales de discapacidad mental, de que unos bebés nazcan creativos y otros no.”
- “Sí que hay evidencia de que a todos los bebés les gusta interactuar con variables, como materiales y formas; olores y otros fenómenos físicos, como la electricidad, el magnetismo y la gravedad; con medios como gases y fluídos; sonidos, música, movimiento, reacciones químicas, cocina y fuego; y con otros humanos, animales, plantas, palabras, conceptos e ideas. A todos los niños les encanta jugar, experimentar, descubrir, inventar y pasárselo bien con estas cosas.”
Pero, ¿qué son exactamente las piezas sueltas y cómo puedo aplicar esta teoría?
Una pieza suelta puede ser cualquier elemento que podamos imaginar. Es más, el juego comienza recolectando piezas sueltas de nuestro entorno. Pueden ser:
- Elementos naturales: hojas, ramas, frutos, conchas, caracolas, flores secas, semillas, piñas, piedras…..
- Madera y corcho de distintas formas, tamaños y colores
- Elementos textiles y de costura: lanas, telas, botones, gasas….
- Papel y cartón: rollos de papel higiénico, serpentinas, confeti, cartulinas, periódico, blondas de pastelería, fotografías, servilletas….
- Piezas metálicas: latas, capas, ruedas, mallas, alambres….
- Plástico
- Cristal: tarros, botellas, canicas, minerales
- Comida
Una vez conseguida una buena colección de piezas sueltas, hay que clasificarlas y almacenarlas en un espacio destinado para ello en casa.
El punto de partida es tener esas piezas a disposición del niño o niña para que sean ellos los que decidan cuáles utilizan y qué deciden crear.
Recuerda, cuantas más piezas y variables estén disponibles los niños y niñas tendrán más creatividad potencial con la que trabajar/jugar.
Nicholson habla de la infancia como una época clave del desarrollo de las habilidades creativas y propone un mapa de ruta donde la inclusión de piezas sueltas o variables en todos los lugares donde haya niños es esencial.
El papel del adulto puede variar desde ser quien elabore una propuesta o provocación para dejar que el niño manipule libremente, hasta proporcionarle de manera ordenada los materiales para que sea él mismo quien cree. En cualquier caso, el papel principal siempre será para el niño y el adulto observará e intervendrá cuando sea invitado.
No todos los adultos están preparados para el juego con piezas sueltas ya que requiere tener un espacio en casa destinado al almacenaje y la experimentación y estar dispuesto a dejar que el niño manipule libremente, limitándonos a supervisar y ayudar de vez en cuando. Se aconseja su uso porque los niños aprenden más rápida y fácilmente en ambientes tipo laboratorio donde pueden experimentar, divertirse y llegar a conclusiones por sí mismos.
Mi descubrimiento sobre las piezas sueltas ha ido de la mano de Priscilla Vela, una entusiasta de esta teoría y que por cierto tampoco proviene del mundo de la educación. Ha escrito ya varios libros sobre el tema muy visuales y fáciles de leer y que os recomiendo así como su página web mamaextraterrestre.com.
La llegada de las vacaciones puede ser un buen momento para empezar a poner en práctica estas ideas como alternativa al abuso de la tecnología. ¿Os animáis?
Y ya sabéis, si tenéis cualquier duda, aquí estamos todo el verano para acompañaros.
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Vela, P. y Herrán, M. (2019). Piezas sueltas: el juego infinito de crear. Edit. Litera libros.
Vela, P. y Herrán, M. (2021). Introducción a las piezas sueltas. Edit. Litera libros.
Macarena Gea Maldonado
Psicóloga Cda. nº AN0485
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