Llegamos a Varsovia hace poco más de un mes. Después de trabajar casi tres años de forma presencial en Intelecto, la Dra. Pilar Berzosa y el equipo me prestan entradas del Blog, para desde un punto de vista profesional con mi tinte personal, pueda seguir hablando de Psicología. Intentaré ser cercana, pondré por ejemplo situaciones que me vayan ocurriendo. Incluso, por qué no, trasladaré el modus operandis que tienen los polacos para con los niños y su educación. Siempre es oportuno mirar más allá de nuestras costumbres. De todo podemos aprender.
Cambiar de horizontes, cambiar de método de vida y de atmósfera, es provechoso a la salud y a la inteligencia.
Gustavo Afolfo Bécquer
Y ahora, vamos allá.
Siempre se escucha que los niños se adaptan a todo antes que los adultos. Me pregunto quién se ha dedicado a recoger opiniones de los niños acerca de cómo vivencian esa adaptación. ¿Es realmente más sencillo para ellos afrontar y adaptarse a un cambio? No, no lo es en absoluto. Los niños viven los grandes cambios con ansiedad como los adultos, y la muestran, según su edad, de formas muy diversas (irritabilidad, trastornos del sueño, agresividad, apatía…). No somos tan diferentes en esto.
Mis hijos han tenido que dejar colegio, amigos, familia, extraescolares… Es necesario, ayudarles y guiarles cuando se exponen a circunstancias, que por cambios grandes en las rutinas familiares, van a tener que afrontar. En nuestro caso ha sido un cambio de trabajo de mi marido.
Para empezar, no tardéis en dar la noticia a vuestros hijos. En todos los sentidos deben evitarse secretismos. Los niños son personas y merecen saber las novedades que acontecen en la familia: las buenas y las malas. Solo hay que contárselas sabiendo que es un niño, sin grandes detalles, que como digo yo «solo interesan a un adulto». Es interesante, ver el cambio de ciudad o de colegio como una aventura, porque ¿qué son las aventuras si no es enfrentarse a lo inesperado? Es algo bueno, no debe ser motivo de tristeza o negación. Si los niños perciben que nos da pena que dejen sus amigos, sus profesores o la familia, afrontarán el gran cambio con inseguridad.
Favorece que se enfrente al cambio con ilusión, curiosidad y expectativas positivas.
En los días posteriores a darles la noticia, se les va haciendo preguntas acerca de cómo creen ellos que será la ciudad, el colegio, qué tipo de excursiones se podrán hacer por la zona… En mi caso, a mis hijos les gusta mucho los animales, así que buscamos zoológicos y especies propias del entorno. Otra idea es buscar las fronteras de la ciudad o país al que vas, le gustará saber si hay río, montañas, playa, etc. Compra un cuaderno para el viaje. Si tu hijo ya sabe escribir, podéis ir anotando aspectos interesantes que hay en la ciudad. Sino, ve haciendo dibujos que le ayuden a entender las cosas.
Prepara con tiempo el cambio y busca diferentes aspectos de la ciudad que puedan ser interesantes para tu hijo.
Llega el momento de las despedidas. En este sentido permite que tu hijo tenga una quedada con sus amigos y familia. En nuestro caso, fuimos quedando con las personas y muchos les hicieron pequeños regalos (una foto de ellos para su cuarto nuevo, una carta, un dibujo, un cuaderno de aventuras…). El proceso de separación en los niños suele ser difícil. El tiempo es un concepto muy abstracto y para ellos es complicado saber cuándo volverán a verse y en qué situación. Habla con tu hijo, interésate por la forma que tiene de sentir. Como les suele costar mucho expresar sus emociones de forma verbal, ten paciencia, pues estarán nerviosos, inquietos, harán muchas tonterías cuando esté en esos momentos de despedida. Si llora, mis hijos mayores lo hicieron en varias ocasiones, sé empático. El ser humano es animal social y llevamos a fuego en la piel la capacidad de echar de menos a los demás: desde el bebé que llora para ser atendido, hasta el anciano que despide para siempre a la persona que le ha acompañado toda su vida. Es mejor evitar comentarios como «anda venga, no llores».
Prepara momentos de despedida donde él y sus amigos sean los protagonistas.
Ya estáis allí. Ya ha empezado el cole, han paseado por la ciudad y han colocado sus juguetes y libros en sus nuevas habitaciones. Nuestro cambio ha sido inmenso, han pasado de un colegio pequeño de una línea, a un gran colegio Internacional de habla inglesa y francesa. Además, es un cambio de idioma, no sólo académico, sino cotidiano. Dos idiomas en el colegio, más el polaco. Se interesan por conocer palabras nuevas y saber cómo se dicen en cada una de las Lenguas. Hasta ahora todo va bien. Cada semana, escribimos cartas a amigos y familia. Esto hace que estén cerca de esas personas que no pueden ver. Hay que procurar que los niños no sientan distancia. Hoy en día con las videollamadas lo tenemos más fácil. Por último, cada noche, ya en la cama habla con ellos, cuéntales cómo llevas tú la adaptación y te contarán cómo la llevan ellos.
Enséñales que la distancia la ponemos los seres humanos, no el espacio ni el tiempo.
Volveré pronto. Ni siquiera me voy. Y recordad:
Debemos estar atentos, pues los cambios son una oportunidad para crecer, avanzar o, por qué no, dar un giro de 360ºC a nuestra vida.
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