Hoy en día hay infinidad de personas que bajo el título de terapeutas realizan intervenciones psicológicas, sin calibrar los riesgos que esto puede tener en sus usuarios. Este artículo está inspirado en todos aquellos que se dirigen a nuestro Centro por primera vez desesperados por haber recibido un tratamiento que, lejos de acercarles a una solución, les ha empeorado su vivencia. Porque no todo vale y por ello, se va a exponer diez puntos por los que decidirse a acudir a un experto acreditado. ¿Estás en alguna de estas circunstancias?
1.- Si llevas un tiempo en que tu salud se ha empeorado y te han descartado cualquier enfermedad física o si tienes una enfermedad con alteraciones físicas (independientemente de su causa y estado) es el momento de pedir cita para valorar si hay de base un cuadro de estrés crónico, otra patología asociada al estado de ánimo, un cuadro de psicosomatización, trastorno alimentario, cáncer o en general, los síntomas suficientes para que te atiendan desde los principios de la Psicología de la Salud.
2.- Si no eres capaz de tomar decisiones desde hace una temporada, sintiendo que el bloqueo mental es cada vez mayor, aumentado tu ansiedad del día a día.
3.- Si ves que «rumias» constantemente los problemas o los acontecimientos relacionados con las vicisitudes del día a día, aumentado el malestar por este proceso recurrente de pensamiento.
4.- Si tu relación de pareja está en un «punto muerto», está un conflicto permanente o incluso un conflicto intermitente y por tanto, inestable. No esperes a que se destruya, intenta buscar una solución a tiempo en terapia de pareja.
5.- Si te has «dejado llevar» desde un punto evitativo y tu vida va perdiendo la ilusión, motivación y alegría porque no estás afrontando los aspectos que te podrían hacer feliz y que pueden ser tan vitales (iniciar un proceso de fertilización in vitro, por ejemplo) o simplemente importantes para ti.
6.- Si en tu familia la convivencia es un «horror» y ni tú, ni tu pareja (en caso de tenerla) sois capaces de encauzar la disciplina y comunicación con vuestros hijos. Incluso si tu hij@ adolescente muestra conductas de riesgo como trastorno alimentario, autolesiones, adicción a las tecnologías, etc.
7.- Si ves que alguno de tus hijos tiene un cambio vital que se prolonga más allá de dos semanas asociado con el sueño, alimentación, control de impulsos, estado de ánimo, desconcentración, hiperactividad, agresividad, etc. provocando una desestabilización de su persona.
8.- Si te has «desubicado» de tus proyectos que hasta ahora te eran importantes a cualquier nivel (social-afectivo-laboral).
9.- Si observas que tus padres están entrando en la vejez y te preocupa si su cambio está asociado a una incipiente depresión, cambio de ciclo vital o algún tipo de enfermedad degenerativa.
10.- Si tienes (o tu familiar lo padece) algún trastorno psíquico-mental crónico y quieres compaginar tu tratamiento farmacológico con psicoterapia tanto para tu bienestar personal, como para la mejora del vínculo con tu familia.
El beneficio de establecer un tratamiento con profesionales expertos es un aval para mejorar la calidad de vida. Tomar la decisión de acudir a psicoterapia clínica y/o sanitaria es orientarse hacia la solución porque ya la vida tiene muchas dificultades, todo aquello que dependa de uno mismo, hará que la vivencia sea mejor.
Autoría:
Dra. Mª Pilar Berzosa Grande, Psicóloga clínica. COL:AN-1815
Dña. Rocío Sánchez López, Psicóloga sanitaria. COL:AN-6531
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