Durante el 2017 nuestro equipo está centrado en el trabajo clínico de forma muy intensa porque es una época muy especial y que, de manera recurrente, parece que suele afectar a la estabilidad psicológica de las personas. En el invierno se provocan situaciones que están ligadas a los apegos y afectos. En nuestra cultura, la Navidad es un momento especial y a veces complicado. ¿Quién no tiene una pérdida de una persona importante con la que compartía momentos muy especiales y que se sabe, ya no volverá a ver? ¿Qué pasa con aquellas familias que se separan porque los progenitores ya no quieren estar juntos? Todo el periodo de la navidad suele suponer a los adultos sentimientos contradictorios, que se incrementan por la presión de una sociedad que no teme en utilizar la sensibilidad de los afectos para generar, incluso, un alto consumo que en realidad, va en contra de los valores fraternales que se pregona en esa época (se profese una religión o no)..

Cuando se termina esta fase (tras el día de Reyes) nos encontramos que casi sin resuello, hay que salir a la calle a comprar de manera desproporcionada porque ¡llegaron las rebajas! y así se inicia una cuesta de enero que a la par de frenética, suele ser un tanto empinada para muchas familias. Es ahí, cuando va terminando enero y nos introducimos en febrero y el matiz va cambiando. Los días tímidamente se hacen más largos y (al menos en la zona sur de nuestro país) el sol nos va anunciando que poco queda ya de lluvias tormentosas y de fríos días del Atlántico. Se anuncia la esperada primavera.

Nuestros pacientes suelen indicarnos que están agotados tras las navidades y que la merma económica es elevada porque se han dejado arrastrar. Algo que me ha hecho reflexionar.

Visto todo este pequeño repaso, podemos deducir que la experiencia nos indica que febrero y marzo son meses de plantearse acudir a psicoterapia. Quienes han iniciado un proyecto con energía el 1 de enero quieren que se perpetúe y para ello necesitan un seguimiento. Quienes, han tenido una desgracia personal y el altavoz de las fiestas le ha hecho desbordarse, necesitan estabilizarse para reconducir lo antes posible su vida. Quienes, han decidido dar un giro a su vida o se han visto abocados a ello por motivos laborales y/o personales, desean entre el temor y la ilusión, no perder el rumbo.

Desde nuestra experiencia, siempre aconsejamos que lo más importante es prevenir para resolver lo antes posible. Para poder afrontar las situaciones complejas, es necesario tener consciencia de lo que se siente. Así, el invierno es un momento fundamental para «arreglar la casa interior de cada uno» y prepararse para un resto del año lo mejor posible. Si no se puede ir in situ, siempre se puede aprovechar el momento tecnológico que se vive para hacer una terapia online a través de video (Skype). Lo importante es afrontar.

El frío y las lluvias pueden anunciar que es hora de resolver lo verdaderamente importante para que cuando el sol salga, se disfrute aún más del día a día y se aprenda para el futuro invierno.