La idea que surgió en el recién elegido AMPA era fortalecer a los padres en su papel de padres. Tal y como está organizado el día a día en nuestra sociedad, hay poco tiempo para ejercer ese importante papel con calidad, con garantías. Creo que todos lo hemos sentido no pocas veces: nos lleva la corriente.

Queríamos tener en el cole padres bien firmes ante las adversidades, conscientes del terreno que pisan, capaces de dar una buena educación a sus hijos.

No podemos olvidar que estamos en un colegio que ha querido seguir siendo cristiano a pesar de la marcha de la orden religiosa que lo regentaba. Y Jesús de Nazaret enseñaba que hay que implicarse en la realidad para mejorarla. Y mejorarla cada uno desde su lugar.

«Llenad vuestro nombre», solía recomendar a sus religiosas la fundadora Santa Juana de Lestonnac. Muy sugerente: que detrás de nuestro nombre no haya un vacío, o algo gris y sin gracia, a merced de las circunstancias. Haced de vosotros mismos alguien con identidad, con fuerza, con un sentido de la vida, que sepa marcar un camino precisamente a esos que vienen justo detrás: nuestros hijos.

Por la recomendación de una madre se contactó con Pilar Berzosa, que desde pronto comenzó a colaborar con nosotros, aportando su experiencia de psicóloga. Mucho hemos aprendido los que hemos compartido con ella las tardes de jueves en el colegio estos años.

Hemos descubierto la necesidad del «no», de imponer en casa unos límites que ayudan a crecer, trazar unas paredes en las que nuestros hijos se apoyen para avanzar hacia la libertad bien entendida.

Hemos sabido que a la base de esos límites están los hábitos, que sencillamente no se debaten con los hijos: acostarse a su hora, comer variado, la higiene…

Redes sociales, acoso escolar, convivencia en pareja, móviles, adolescencia, mejora de la atención…. Las charlas están siendo luz y guía en nuestro caminar como padres, resolviendo nuestras dudas, señalando malas prácticas o qué cosas nos pueden servir en diversas situaciones.

Además, en poco tiempo se ha creado un ambiente especial, de camaradería entre padres y experta. El comentario general es concluyente: «las charlas están muy bien». Esta humilde iniciativa empieza a ser un referente entre los padres del colegio.

Qué necesario es que alguien llame tu atención para que realmente te des cuenta. Qué importante descubrir que no todo vale, que los niños no nacen sabiendo, que necesitan de nuestra cercanía y experiencia, de nuestra confianza y cariño… y que no lo sabemos todo por ser padres, y que merece la pena el esfuerzo de aprender a serlo por nuestros hijos.

Gracias a Pilar, hemos podido llenar un poco más nuestros nombres de vida y sabiduría de vivir, y llevarlo, seguramente sin darnos mucha cuenta, a nuestras familias. Que sigamos por esta senda por mucho tiempo. Merece la pena.

(Nota: cuando se dice «padres» o «hijos», se incluye a las madres y a las hijas, por supuesto)

AMPA Colegio Compañía de María