John Lennon dijo aquello de “la vida es lo que te sucede mientras te empeñas en hacer otros planes” y aunque este famoso miembro de los Beatles puso de moda la frase, es cierto que la idea pertenecía a la sabiduría popular. Sin embargo, a Lennon le faltó darnos un pequeño apunte, cómo vivir esta paradoja de una forma  positiva, sin agotarnos en el intento.  Por suerte hoy te traemos la clave, vamos a hablar de la capacidad mental que nos permite adaptarnos a un presente de constantes cambios y salir airosos, estamos hablando de la flexibilidad cognitiva.

¿Qué es la flexibilidad cognitiva?

Es la capacidad mental que posee un individuo para adaptarse a nuevas situaciones, para ello usará recursos como cambiar de perspectiva, modificar su comportamiento, o elaborar una nueva estrategia en base a los cambios del entorno o de la tarea. Esta habilidad permite a las personas considerar múltiples aspectos de un problema, encontrar soluciones diferentes y adaptarse a nuevas reglas o circunstancias.

Las personas poco flexibles presentan resistencia al cambio, formas de comportarse y pensar muy bien establecidos, un pensamiento rígido y de extremos (todo o nada). Esto les hace menos capaces de encontrar soluciones alternativas a los problemas, les hace tener menos posibilidades de adaptarse a nuevas situaciones. En su expresión más extrema, esta característica la denominamos rigidez cognitiva y se relaciona con trastornos como el obsesivo compulsivo, TEA, depresión y ansiedad entre otros. Su presencia se relaciona con una mayor vulnerabilidad a experimentar problemas de adaptación, dificultades escolares o del entorno laboral y en las relaciones con los demás.

Entrenar esta capacidad puede ser una herramienta muy útil para mejorar nuestro estado emocional y nuestra salud mental.

Claves para mejorar la flexibilidad mental

En la práctica clínica usamos numerosas herramientas y ejercicios que nos permiten entrenar a las personas para aumentar su flexibilidad, ayudándolas a adaptarse mejor a las circunstancias del  día a día. La incapacidad para manejar los cambios genera mucho malestar y temor, encontrándose en la base de problemas en la familia o la pareja. Generar recursos proporciona seguridad, regulación emocional y capacidad de gestión de aquello que nos pasa.

Te proponemos 3 tips muy fáciles para entrenar esta habilidad:

  1. Cambia tu rutina diaria: realiza pequeñas modificaciones, empieza las tareas matinales en un orden diferente, coge otro camino hacia el trabajo o desayuna algo distinto. Estos pequeños cambios obligarán a tu cerebro a adaptarse a nuevas situaciones desafiando a tus patrones de pensamiento automático y reforzando tu capacidad de adaptación.
  2. Practica la atención plena (Mindfulness), si pinchas aquí encontraras un post sobre el tema: estas prácticas te ayudan a ser consciente de tus patrones de pensamiento por lo que te permitirán responder de manera más flexible y menos reactiva. Como nos gusta decir, dejarás de actuar en “modo automático”.
  3. Cuestiona lo que sabes: busca un pensamiento o creencia que tengas e intenta verlo de una perspectiva diferente. Puedes jugar a hacerte preguntas ¿Qué pasaría si me equivocara? ¿Cómo lo podría entender otra persona? Este tipo de cuestiones te harán salir de tu zona de confort, buscar nueva información y cambiar de perspectiva, lo que es esencial para la tarea que nos ocupa.

Si te generan malestar los cambios de última hora, llegar tarde a las citas o modificar tu rutina, puede que tu patrón de pensamiento sea poco flexible. Si te gustaría ser capaz de adaptarte mejor a los cambios y vivir tu presente con mayor tranquilidad, en Centro Intelecto podemos ayudarte.

Fdo. Isabel M Roldán Lorente

Psicóloga Sanitaria AN-12129