“Hoy es el día del amor”. Muchas parejas estarán preparando sus encuentros para pasar una velada romántica. Otras muchas para intentar paliar una mala racha en la relación. Otras porque quizá se acaban de conocer y están en esa etapa de enamoramiento tan especial. Todas y cada una de ellas vuelca sus emociones en la otra persona y en lo que puede suponer, sea a corto, medio o largo plazo.

Habrá, a su vez, algún grupo de personas que están pasando una gran crisis y sufren por ello, porque se sientan atrapadas en una relación insatisfactoria y, por último, otro grupo de ellas que se acaban de separar o que no se sienten correspondidas. Entonces, tomarán este día con una sensación de anhelo o de frustración y tristeza.

Y es que, en cualquier caso, el amor de pareja retoma una especial importancia en nuestra sociedad. Muestra de ello es la cantidad de esta temática en el cine o en la literatura.

En este post se pretende dar una serie de ideas para que las parejas no “enquisten sus problemas”. Es decir, que tengan una mirada preventiva y no sean ingenuas pensando que, por el hecho de tener la relación, no tienen que hacer nada más. En absoluto: la relación de pareja es una de las relaciones más complejas porque se unen factores personales, con los de la propia relación, más los factores que pueden estar vinculados al contexto familiar (en caso de tener hijos).

Cuando funciona bien genera un estado casi de “éxtasis” y cuando no va como debiera, muchas personas se hunden por ella. Por eso, si imaginamos que la relación de pareja es como un hermoso jardín, que tiene todos los ingredientes adecuados para estar saludable, pero no lo regamos cuando debe hacerse, no lo abonamos; es decir, no miramos sus necesidades, ¿qué le pasará? Se morirán las plantas y las flores. Para que eso no le pase a una relación de pareja, tiene que existir un ingrediente básico:

  • Siempre debe haber comunicación. Es el elemento estrella. Sería como el agua para el jardín.
  • No vale cualquier tipo de comunicación. Calidad en las discrepancias, en la manera de expresar el afecto, en la gestión del día a día. Sería como la cantidad de agua y abono con el que se riega el jardín.

La comunicación va a delimitar muy bien la vivencia de la pareja porque si se hace de forma adecuada y sana:

Se tendrá respeto.
Se tendrá complicidad
Se tendrá afecto.

Hay una teoría muy clásica que indica tres ingredientes básicos para que una relación de pareja sea completa (Sternberg, 1989): la pasión (parte erótica y psicosexual), la intimidad (parte amistosa y de complicidad) y el compromiso (parte de proyección de los intereses comunes) ¿Se imaginan que esto pueda fraguarse sin una comunicación adecuada, que pueda ir pasando de un ingrediente a otro con calidad?

Por eso, es muy importante que si una parte de la pareja o las dos observan que hay alguna dificultad en cada uno de los ingredientes, lo hablen. No lo dejen pasar. Es posible que la otra parte lo niegue porque no quiera o no pueda verlo, porque en ese momento no forme parte de sus prioridades. Esta es una de las causas por las que se suele retrasar que se acuda a sesiones de pareja. Pero ¿no sería interesante que solo con que una de las partes observe que algo no va bien, haga ver al otro que no pierden nada si presentan su caso a un/a especialista en psicoterapia de pareja? Algo que puede resolverse en pocas sesiones siempre merece la pena.

En ocasiones solo acude una parte exponiendo la problemática. Es otra opción, pero lo que depende de la relación debería ser tratado por los dos porque el mundo de la pareja es subjetivo y como experta en este sector no debemos inclinarnos a ninguno de ellos. Bien es cierto que, si una parte de la pareja no quiere resolver, será cuestión de que la persona que sí encuentra el problema, sea quien tenga que buscar la solución más conveniente.

Cuando las parejas son capaces de solventar sus conflictos se sienten especialmente satisfechas, tranquilas. La mayor parte de ellas han apostado fuertemente por la relación y todas tienen una historia personal que les condiciona (como no podía ser de otra manera). Ser conscientes de ella, mover los hilos de la relación para ser más eficaces en la vida que han elegido, es uno de los mejores regalos que pueden hacerse.

Desde Sternberg hasta nuestras fechas, muchos especialistas, investigadores, divulgadores y docentes estamos muy centrados en esta especialidad por la trascendencia que tiene para el equilibrio de los individuos y, no me cabe duda, de que hay una unanimidad en la necesidad preventiva, tanto si tienen hijos como si no.

Así que, hoy, día de San Valentín, regálense comunicación para recrearse o para resolver.

 

Dra. Mª Pilar Berzosa Grande
Psicóloga clínica y de la salud.
Psicoterapeuta familiar y de pareja.
Miembro de la Asociación Española I+D de Terapia Familiar
Directora del Centro Psicológico Intelecto