By Mª Nazaret Gálvez Barragán

Llegan las vacaciones de verano para los más pequeños de la casa, y una de las inquietudes que surgen a muchos padres y madres es, ¿qué hago con todo el tiempo libre de mi hijo? ¿deberes o solo jugar? Para orientaros en cómo gestionar este periodo de vacaciones, os recomendamos lo siguiente:

1.- Mantener una rutina de sueño y de buenos hábitos alimenticios. Acordar unos periodos de descanso similares a los del resto del año, donde las horas de sueño no se vean reducidas ni ampliadas en exceso. Además, es importante tener una alimentación saludable, sin saltar comidas o introducir en exceso productos perjudiciales para su alimentación.

2.- Mantener rutinas y pequeñas responsabilidades. Para los niños son muy beneficiosas y necesarias y para la rutina familiar también. Aunque podemos ser un poco más flexibles, es importante involucrarlos en tareas y responsabilidades diarias, donde participen en las tareas de casa, así como considerar el hecho de realizar tareas escolares entre semana, de duración corta, donde se refuercen aspectos básicos del curso, siempre intentando que se vean como algo positivo y ameno a realizar. Para crear estas rutinas u obligaciones, sería bueno consensuarlas con el menor para que se vea partícipe de la elección y no lo vean como algo impuesto.

3.- Fomentar los momentos de lectura. Las áreas cognitivas del cerebro se estimulan con la lectura y los aspectos emocionales de nuestro desarrollo también evolucionan favorablemente con este hábito.

4.- Limitar el tiempo de exposición a pantallas. Los perjuicios de la exposición excesiva a las pantallas, tanto de móviles como de tablets, ordenadores, televisiones u otros dispositivos, nos obligan a extremar precauciones al respecto. Los padres deben cerciorarse del contenido que visualiza el menor, y limitar el tiempo de uso de estos aparatos para que no ocupen todo su tiempo de ocio, descanso, o actividades lectivas o físicas.

5.- Disfrutar de tiempo en familia. Es aconsejable no renunciar nunca a la oportunidad de compartir una experiencia en familia. Un juego de mesa, unas páginas de un libro, un rato de ejercicio físico o una receta para cocinar con niños son, entre muchos otros, pretextos geniales para reforzar los lazos paternofiliales.

6.- Diferenciación de actividades los fines de semana. Los fines de semana siempre se consideran momentos de descanso, donde las obligaciones son más flexibles, por lo que sería positivo introducir alguna actividad novedosa, o de mayor planificación.

7.- Aprender a aburrirse. Durante el curso escolar, los niños tienen muy establecidos los tiempos entre las rutinas de casa, el horario escolar y las actividades extraescolares. Por ello, a muchos pueden sentirse aburridos con la llegada de las vacaciones y el disponer de tanto tiempo libre. Como padres, podemos proponerles actividades e incluso planificar rutinas y actividades con ellos, pero deben contar con tiempo libre, para que sean ellos mismos capaces de decidir qué hacer para vencer ese aburrimiento.

Mª Nazaret Gálvez Barragán

Psicóloga General Sanitaria. Col. AN-10868.

Especialista en Atención Temprana.

Departamento de Psicología Educativa.