By Mª Nazaret Gálvez Barragán

Comienza un nuevo curso escolar para los más pequeños de la casa, y con éste surgen las dudas en muchos padres y madres, ¿se adaptará bien a la nueva rutina?, ¿encajará con sus compañeros y profesores?, ¿tendrá dificultades en alguna asignatura?, ¿podrá realizar con éxito las tareas y exámenes propuestos?… etc.

La “vuelta al cole” supone el fin de tres meses de vacaciones para los niños. Noventa días sin rutinas que, al terminarse, pueden resultar traumáticos. Lo más normal es que durante el verano los horarios de los niños se hayan visto alterados, no ha habido madrugones, tampoco una hora fija para irse a la cama, ni responsabilidades diarias.

Por esto, ellos también se ven afectados por el síndrome postvacacional. Se sienten agobiados después de tanto tiempo de vacaciones ante la llegada repentina de las obligaciones y responsabilidades. Lo más probable es que desaparezcan pasados los primeros días o la primera semana de manera progresiva, y a medida que van entrando en la rutina. No obstante, hay casos en los cuales el malestar persiste o se agravan los síntomas (como ansiedad, miedo, apatía, tristeza, irritabilidad…). En estos casos no hablamos ya de síndrome postvacacional, sino de un problema más profundo que debe diagnosticar y valorar un especialista.

Es importante saber que, nuestro estado emocional incidirá directamente sobre ellos. El hecho de transmitir motivación, alegría y confianza, además de actuar como un modelo ante ellos será muy significativo porque imitarán nuestras actitudes positivas, las buenas expectativas, las acciones respetuosas y el optimismo, ante la vuelta a la rutina.

¿Qué pautas nos ayudarán a tener una buena vuelta al colegio?

  1. Adaptar los horarios. Durante el verano las rutinas horarias se flexibilizan, por lo que una semana antes, aproximadamente, es conveniente adelantar la hora de irse a dormir y de levantarse por la mañana, así como ajustar el horario de las comidas.
  2. Trasmitir mensajes positivos relacionados con el hecho de volver al colegio. Fomentando su ilusión por volver a ver a los amigos, será un año mayor y, por tanto, estará en la clase de los mayores, aprenderá cosas nuevas, hará excursiones… Debemos aprovechar un momento del día en que estemos reunidos en familia (por ejemplo, la cena), para realizar preguntas o comentarios acerca de como será volver al colegio, qué es lo que más les apetece de volver, y reforzar con mensajes motivacionales los aspectos positivos de este nuevo curso.
  3. Preparar lo necesario para la vuelta al colegio todos juntos. El niño debe ver que ir a la escuela es una actividad familiar que durará los meses escolares. Estrenar estuche o mochila, comprar el material que necesitan, forrar los libros, o preparar la ropa del colegio… serán momentos de gran utilidad y de mentalización para la llegada del nuevo curso.
  4. Ser previsores. No debemos dejar los preparativos para última hora o hacerlo todo el día anterior.
  5. Continuar con actividades de ocio. A parte de la adaptación a los nuevos hábitos, la vuelta al colegio también supone que el niño no tenga suficiente tiempo libre. Recuerda que la vuelta al colegio no debe suponer un trauma. El menor debe adaptarse a su nuevo ritmo de vida sin renunciar a tener tiempo de ocio. Debemos enseñarles que el día tiene suficientes horas para todo, tanto para realizar sus obligaciones como para jugar o hacer alguna actividad que les guste.

 

Mª Nazaret Gálvez Barragán

Psicóloga General Sanitaria. Col. AN-10868.

Especialista en Atención Temprana.

Departamento de Psicología Educativa.