By Mª Nazaret Gálvez Barragán

Primeros pasos hacia el hábito lector

Por motivos de la celebración del Día Internacional del Libro, quiero hablaros sobre la importancia de la lectura desde edades muy tempranas, así como qué pautas podemos seguir desde el hogar para motivar el hábito lector en los más pequeños.

La lectura es un tema que preocupa cada día más, ya que encontramos un aumento de casos en consulta y en la escuela, de menores que presentan serias dificultades en este sentido. Los bajos índices de consumo, los resultados de comprensión lectora de los alumnos y el reto que supone el nuevo contexto digital han provocado todo un debate en torno a la lectura y su promoción.

La enseñanza y el fomento de la lectura son objetivos que necesitan la implicación de distintas instituciones e individuos relacionados con la promoción cultural y educativa. Compete a la escuela la labor formativa que procura a los niños el aprendizaje de los códigos del lenguaje y la asimilación progresiva de los mecanismos de comprensión lectora que van enriqueciendo su capacidad de leer de forma eficaz. Una labor que deberá ir acompañada de actividades que, contribuyan a que descubran los rasgos creativos y lúdicos de la literatura. Pero la familia va primero. El contacto temprano y continuado que se da entre padres e hijos convierte el escenario familiar en un lugar privilegiado para inculcar valores y consolidar hábitos como el de la lectura.

Las investigaciones realizadas a día de hoy permiten afirmar el beneficio de la lectura compartida (lectura en voz alta que hace un adulto en compañía de un niño, generalmente prelector) en el desarrollo del lenguaje oral y el conocimiento de lo impreso lo que, posiblemente, facilite el aprendizaje de la lectura, la comprensión lectora y, en definitiva, el rendimiento académico y la práctica de la lectura por placer. Las características de la lectura compartida que mejor explican su beneficio son, el hecho de tratarse de una actividad rutinaria, el rico vocabulario de los libros, el estilo de interacción entre el adulto y el niño (lo que suscita la atención compartida o conjunta tan importante en el aprendizaje del lenguaje), la experiencia emocional que genera y la exposición al texto escrito.

Por eso, a la hora de animar a los progenitores para que contribuyan a la saludable educación lectora de los niños, conviene insistirles en que no se trata de una tarea difícil, si se desempeña sumando dos actitudes,

  • Mostrarse como ejemplo. Los padres pueden convertirse en modelos de lectores para sus hijos, asumiendo un papel activo que se sustancia en contarles, leerles en voz alta y, en edades más avanzadas, hablar con ellos sobre libros.
  • Acompañar al niño en su camino lector. Acercarle los primeros libros, que al principio son como un juguete y que poco a poco se convierten en una fuente de estímulos que alimenta su imaginación y le ayuda a desarrollar el lenguaje. A medida que el niño crece, sus padres podrán descubrirle lecturas con una variedad de estilos y contenidos que contribuya a definir sus gustos personales y oriente su itinerario lector.

Beneficios generales de la lectura

–      Ayudar al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje.

–      Mejorar la expresión oral y escrita y hacer el lenguaje más fluido.

–      Aumentar el vocabulario y mejorar la ortografía.

–      Mejorar las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales.

–      Facilitar la exposición del propio pensamiento y posibilitar la capacidad de pensar. Siendo una herramienta      extraordinaria de trabajo intelectual ya que pone en acción las funciones ejecutivas.

–      Desarrollar la capacidad de juicio, de análisis, de espíritu crítico.

–      Potenciar la capacidad de observación, de atención y de concentración.

–      Aumentar los conocimientos culturales y del mundo. Cuando se lee se aprende.

–      Despertar aficiones e intereses, donde se convierta en una afición para nuestro tiempo libre.

–      Facilitar la recreación de la fantasía y el desarrollo de la creatividad.

–      Proponer modelos para admirar e imitar.

–      Ayudarnos a conocernos a nosotros mismos y a los demás, favoreciendo la educación del carácter y de la  afectividad.

–      Ser un medio de entretenimiento y distracción, que relaja, divierte y aporta felicidad.

¿Cómo estimular desde el hogar a los niños para que adquieran el hábito de la lectura?

  1. Empezar desde pequeño, no es necesario esperar a que el niño aprenda a leer para fomentar la lectura. Leer con ellos es la principal actividad que los padres deben realizar en estas edades.
  2. Sensibilizarlos como modelos de lectura.
  3. La lectura debe realizarse de forma natural y agradable, sin prisa ni angustia, sin evaluación, sin corrección, sin descalificación. No puede significar una obligación y menos un castigo.
  4. Deben utilizarse lecturas interesantes y atractivas.
  5. El tiempo de lectura lo establece el niño/adolescente.
  6. Debe leerse en forma dinámica para favorecer la comprensión y la discriminación adecuada de las palabras del texto.
  7. Regalar libros: regalar un libro a un niño, de la misma manera que se regala cualquier otro juego o juguete.
  8. Mantener conversaciones sobre los libros que están leyendo.
  9. Crear su propia biblioteca: además de que el niño comience su propia colección de libros desde pequeño, es importante concederle un sitio para que pueda colocarlos ordenadamente y acceder a ellos con facilidad.
  10. No obligarle a leer. Lo importante no es conseguir que el niño lea, el logro es que quiera leer y para eso hay que darle la libertad de elegir hacerlo o no.
  11. Acudir a lugares donde se fomente la lectura, bibliotecas, ferias de libros…

 

 

<< Los libros son puertas que te llevan al mundo. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil >>

 

Mª Nazaret Gálvez Barragán

Psicóloga General Sanitaria. Col. AN-10868.

Especialista en Atención Temprana.

Departamento de Psicología Educativa.