By Mª Pilar Berzosa Grande
Este refrán tan español lo podemos aplicar a multitud de situaciones y en todas, será verídico como buena frase que se ha ido heredando culturalmente de generación en generación.
Este fue el objetivo que tuvimos el pasado Miércoles 10 de marzo cuando Rocío Sánchez (psicóloga sanitaria) y yo realizamos la conferencia sobre el uso y abuso de las redes sociales para los menores. Es necesario que los progenitores se den cuenta de esta realidad, para que se pueda proteger a los hijos/as de lo que es el mundo cuando ellos no están aún preparados para vivirlo, de la misma manera que no se les dejaría estar a altas horas de la noche en medio de la calle, desvalidos y a expensas de unas experiencias nada adaptativas.
Es necesario que los padres y madres se den cuenta de que al otro lado de la pantalla hay de todo, para que se les ponga todos los controles parentales posibles. Háganlo, protejan a sus hijos. Quédense tranquilos entonces, si cogen una Tablet, un smartphone o cualquier otro aparato tecnológico.
No se alarmen si sus hijos/as reaccionan muy mal cuando les dicen que ya no pueden seguir delante de las pantallas. Puede que lloren, se enrabien, que les hagan sentir culpables. Ellos no saben lo negativo que es una adicción, pero vosotros sí. Hagan que se calmen y resuelvan. Pues es una prueba de fuego: si hay una respuesta desproporcionada, llévenle al especialista en salud mental. Pero, sobre todo, siempre que puedan hay que prevenir. Si la edad legal para estar delante de las redes sociales son los 14 años, no dejen que sus hijos estén antes, de la misma manera que controlan otros aspectos de su salud, no cedan. Vigilar el tiempo de uso de la tecnología y compartir con otras estrategias lúdicas es lo correcto. Es decir, diversificar para que puedan tener una vida más adaptativa. Pero a los 14 años y siempre, supervisen también a sus hijos. Esto forma parte del rol de padres y madres.
Ahora, a causa de la Pandemia, ha habido aún más uso de las redes y de la tecnología en general. Como consecuencia de ello, se ha aumentado esta adicción y por tanto, se sigue empeorando el riesgo de salud mental en nuestros menores. No dejen que su tiempo libre esté solo dirigido a una acción. Les aumenta la vulnerabilidad. Estar en una posición pasiva influyéndose de cosas y comportamientos de otros, limita la creatividad y esto puede tener muchas repercusiones a la hora de resolver conflictos.
Sí, más vale prevenir que curar sin lugar a dudas. Cuando sus hijos reclamen un Sí, es porque necesitan la inmediatez sin reflexión de si es lo mejor o no. Dejar un momento para pensar si es correcto o no darles ese sí, puede ayudar a que como en este caso, no se hagan adictos a las tecnologías o no se expongan a verdaderas situaciones de riesgo (autolesiones, pornografía y violencia) que son las más frecuentes. A veces un NO, les salvaguarda. Y si dicen que sí, supervisar y limitar el tiempo es absolutamente necesario.
Todas las campañas preventivas, todos los estudios con evidencia científica y toda la práctica clínica avala la rotundidad de estas palabras.
¡Ayudemos a nuestros niñ@s, adolescentes y futuros jóvenes a que tengan mejor Salud Mental!
Dra. Mª Pilar Berzosa Grande
Psicóloga clínica y de la Salud.
Terapeuta familiar. Col.AN-1815
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